La tendencia del maquillaje natural implica una base de efecto “segunda piel”. Descubre que herramientas te permiten éste acabado y cómo utilizarlas

Si hay algo que debemos tener en cuenta en una base de maquillaje es que quede natural. Porque un maquillaje demasiado cubriente queda bien detrás de los focos o en televisión, pero no es buena idea para salir a la calle.

A la hora de conseguir una aplicación de la base de maquillaje impecable y natural, no sólo el producto será determinante, la herramienta también influye.

Aplicar maquillaje con las manos

La manera más básica de aplicar la base de maquillaje. Permite calentar el producto ( bases fluidas) y facilita su asentamiento en la piel. Te recomendamos aplicarlo desde el centro del rostro hacia afuera, olvídate de repartir el producto en diferentes puntos ya que así no controlas la cantidad que pones.

Aplicar con esponjas

Se trata de un tipo de herramienta que permite modular la cobertura de nuestra base de maquillaje. Ofrecen un acabado muy natural sobre el rostro que puede ser todo lo ligero que deseemos. Se utiliza humedeciéndolas en agua y, a diferencia de la técnica con las manos, absorben cierta cantidad de producto por la naturaleza del material.

En cualquier caso, lo mejor es ir impregnando con el fondo de maquillaje la esponja y aplicarla sobre el rostro del centro hacia afuera para no utilizar más producto del necesario.

Para quienes quieren evitarse mancharse las manos, las brochas son la herramienta perfecta y la que más nos gusta a nosotras como profesionales del maquillaje.

Aplicar con brocha

Existen diferentes tipos de brochas:

Tipo lengua de gato: permite un trazo cubriente

Tipo kabuki: Cobertura media

Tipo cepillo toothbrush: Mayor cobertura cuentan con un cabezal muy tupido que propicia un acabado precioso sobre la tez